miércoles, 12 de septiembre de 2012

Muere de SIDA Gumaro de Dios Arias "El Caníbal" de Playa del Carmen


El llamado “Canibal” de Playa del Carmen, en Quintana Roo, en Quintana Roo, murió ayer por la madrugada en una de las celdas de aislamiento en donde permanecía; el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) lo llevó a pasar a mejor vida.

Gumaro de Dios Arias, oriundo de la ranchería Azucena, perteneciente al municipio de Cárdenas, es el hombre que en el año 2004, un 14 de diciembre, asesinó a su compañero; lo descuartizó y “guisó” parte de sus miembros; “cocinó” las vísceras para tomarse un “caldo” y luego, asó parte de las costillas, el corazón, los riñones y el músculo de una pierna que comió. Ayer, la familia aguardaba trasladar los restos a su tierra natal para darle “cristiana sepultura”.

La historia de este hombre da cuenta de una vida de abusos, lo que le llevó a una aparente venganza que le gustó; la muerte que dio a su amigo, del que luego confesaría era su pareja, fue cosa de un momento de arrebato; estaba drogado.

Los antecedentes de Gumaro, del que en definitiva no tenía nada “de Dios”, señala que a los seis años fue atacado sexualmente por un primo; a su corta edad, allá en su tierra se descubrió su adicción a las drogas; a sus 14 años, su padre, se vio obligado a enviarlo al Ejército de donde se evadió, luego de que presuntamente acuchillara a su Subteniente, que lo traía de “encargo”.

A su captura por haber descuartizado a su amigo, a quien llamó “El Pelón y/o El Guacho” de nombre Raúl González, confesó en una serie de entrevistas periodísticas que allá en su tierra, violó a un sobrino; que atacó sexualmente a una monja; que era el primogénito de once hermanos y que sus padres eran Candelario de Dios y Ana Arias.

Gumaro confesó también haber ido a parar a la cárcel pero por un simple robo de unas camisas y una grabadora; supuso era lo del niño y la monja, pero no; la había “librado” y compurgo una pena de un año, seis meses y nueve días; ningún familiar le visitó.


Partió pues a Chetumal, Quintana Roo; que mató a machetazos a un tipo en el 2004 allá en Mahahual. Ese año se enloquecería de tanta droga y alcohol.

Con oportunidad, Gumaro confesó el crimen de su amigo; de su pareja. Gumaro era homosexual pero también le gustaban las mujeres. Conoció a “El Guacho”, un exmilitar adscrito al 31 Batallón de Infantería del que era desertor; tenía 19 años; era también drogadicto y acabaron siendo pareja; lo conoció en el Petén.

Se fueron a vivir a una palapa ubicada sobre la carretera Chetumal-Playa del Carmen, en unas instalaciones abandonadas propiedad de una inmobiliaria denominada “Residencial La Gloria”.

Gumaro dice que el día que devoró en partes a su íntimo fue el 14 de diciembre; que estaban drogados cuando él recordó que “El Pelón” le debía 500 pesos; se los cobró y no le pagó, por eso lo atacó.

Tomó un grueso cable y golpeó sin piedad a su amigo, ya luego, lo remató golpeándole la cabeza con un block; lo colgó y ya luego con un cuchillo lo comenzó a destazar; le extrajo las vísceras y órganos internos y los cocinó.

Siguió destazándolo y en una parrilla asó el corazón, costillas y riñón. Del muslo izquierdo hizo filetes y los hizo en “barbacoa de borrego”, según dijo.

Con la grasa, frió tortillas; que cercenó una pierna y la puso a cocer con verduras; que hizo tiras de carne cruda y se comió los testículos.


Dormía cuando fue detenido por la policía; abrazaba uno de los miembros destazado de su pareja; Gumaro, dijo que solo quería saber a que sabía la carne humana, y se confesto y confió en su momento, que sabía a pollo. Ayer murió de sida.

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